CLAN - DESTINO
Retablo alegórico
De
Eugenio Gómez Borrero
Personajes
Gaia/Abuela
El Clan/El parche
Capataz 1 /Mister Humo
Capataz 2 /Sexy-Boom
Capataz 3 /Doctor Killer
La acción transcurre en dos espacios de gran hacinamiento: Mina de carbón, en la época de la esclavitud; y siglos más tarde, el laberíntico pasaje de una Invasión urbana. Los personajes pese a modificar su apariencia externa, deben conservar su esencia tribal. Como la pieza está concebida para ser interpretada a través del movimiento, seria pertinente resaltar la simetría espacio-temporal que hay entre la primera y la segunda secuencia de la obra.
Secuencia uno
Madre linda, madre bella...
Madre paronde te vas,
Madre si te vas al cielo....
No te vas a demorar.
Madre tierra
Las negras entrañas de la mina dan a luz... a Gaia, las voces de los elementos glorifican el alumbramiento. La hija del socavón, mitad selva-mitad hembra, aguarda la llegada de su gente.
El crepitar de los látigos precede la jornada de los esclavos. El capataz 1 avanza a través de la bruma de su tabaco; el capataz 2 fustiga con placer la tierra; y el capataz 3 de impasible frialdad, lanza un atronador grito de laboreo. Gaia de inmediato, se mimetiza para cumplir su misión.
El calor es sofocante y la estrechez desesperante. Al mismo paso y acompañados de cantos, entran los esclavos arrastrando sus grilletes. La pesada rutina de socavar... socavar... y socavar, es transformada en una melancólica danza.
Gaia deambula por la mina tratando de calmar la sed de sus hijos; a todos puede ver, pero no todos pueden verla a ella. Los esclavos sienten su misteriosa presencia y la reverencian en secreto. Para los 3 capataces, quienes la consideran un mito, siempre se torna invisible, así la tengan en frente.
Los cautivos beben a grandes sorbos. Sus extenuados rostros ahora exhalan una refrescante sonrisa, como si estuvieran en estado de trance. Los tres verdugos presos de miedo, al ver la repentina reacción de los esclavos, y creyendo que los ha poseído un demonio, deciden exorcizarlos a punta de latigazos. Al ver sus hijos tendidos en el piso, Gaia lanza un desgarrador lamento que ahuyenta por completo a los capataces.
El clan
En un intento por redimir el dolor de sus hijos, Gaia, se “materializa” ante ellos. Una luz de esperanza devuelve el aliento a los esclavos y al verla, sus heridas milagrosamente se curan .
Gaia Invoca al cielo y de lo alto desciende un enorme bejuco. Los esclavos se columpian alegremente, mientras ella los arrulla con su canto. La masa humana péndula de un lado al otro como un racimo de bananos. Duermen apaciblemente, felizmente amontonados; cualquier brote de violencia por la aparente incomodidad, es apaciguado por el tierno arrullo de la madre tierra.
Los capataces que han presenciado en secreto la “diabólica escena” irrumpen con hachas, tratando de espantar al diablo. Los esclavos automáticamente retoman labores, pero Gaia algo exhausta, solo alcanza a transfigurarse en árbol.
Los esclavistas que nunca antes habían visto en la mina el extraño arbusto, se acercan sigilosos a este. El capataz 1 viendo como los esclavos se angustian...Decide arrancarle una rama. El capataz 2 al ver la reacción de sufrimiento de los cautivos, azota sin piedad a Gaia. El capataz 3, creyendo que el árbol no es más que el diablo al que idolatran... Lo derriba de un solo tajo.
La tierra tiembla y la revuelta estalla. El clan indignado, rompe sus cadenas, aplasta a sus verdugos y venga la muerte de su protectora. El cuerpo de Gaia que ahora es féretro de sí misma, es llevado a cuestas en una triste procesión.
Secuencia dos
Atrévete te salte del closet,
destápate,
quítate el esmalte,
deja de taparte,
Que nadie va a retratarte,
levántate, ponte haiper
La cucha
El azul espectral de una pantalla de televisor proyecta la silueta de la abuela. Un dial atravesando varias emisoras acompaña su aparición. Armada de balde y trapeador, limpia enérgicamente la sala de la casa para recibir a su familia.
Los miembros del parche llegan uno a la vez, diferenciándose a simple vista por la particular forma de caminar de cada uno. Esta familia de vecinos y amigos veneran con profundo respeto a la abuela y se reúnen en su casa, sólo a ver videos musicales. Mientras se ubican, la vieja calma la sed del parche, atendiéndolos de manera casi imperceptible.
Aunque están separados y absortos viendo los videos, marcan el ritmo y siguen los pasos de la música, con la dinámica y el instinto de un cardumen. De repente, la abuela aparece empujando un pequeño sofá. En un esfuerzo sobre humano, sin permitir que nadie la ayude, logra ponerlo donde quiere y los invita a sentarse. De inmediato el grupo traslada su concierto de pasos al mueble; y se amontonan uno encima del otro, moviéndose a la vez en una en una estrecha armonía.
Tres exuberantes invitados deambulan por la casa sin ser vistos. El paranoico Mister Humo que nunca suelta su tabaco; la voluptuosa Sexy-Boom y el intimidante Doctor Killer. La abuela es la única que siente la misteriosa presencia de estos seres y se lo advierte al parche aterrorizada; pero estos creyendo que son “chocheras” de vejez, la retiran juguetonamente.
La señal de la tele se daña un momento, pero rápidamente se arregla. Ahora los tres invitados proyectan el video que más les convenga. Valiéndose de ritmos muy pegajosos intentan seducir a los miembros del parche con sus vicios. Concentran todo su poder para que imiten y amplifiquen las acciones que ellos proponen, hasta convertir al parche en el eco de sus movimientos.
Así, el Cigarro de Mister humo aparece en la mano del primo que nunca fuma; Las lascivas caricias de Sexy-boom son imitadas por uno de las chicas; y la capucha del Doctor Killer encuentra secretos seguidores. Parece que ya no tienen control de lo que hacen; todos giran alrededor del sofá como si no quisieran ser vistos. Cada que uno de los integrantes del parche es sorprendido imitando las propuestas de los invitados, se produce el mismo efecto visual de descorrer una cortina y ver algo indebido. Pero a estas alturas los invisibles lideres ya tienen seguidores.
Seducidos por las nuevas experiencias, Mister Humo, Sexy-Boom y Doctor Killer comandan sus respectivos séquitos. Aunque la abuela trata de advertirlos de esta extraña posesión, el parche se divide en tres clanes y la abandonan.
El /par /che
Las aliadas de Sexy-Boom se disputan los favores de un cliente. A través de lujuriosos movimientos lo invitan a que elija con quien quedarse; hasta que un mejor postor aparece y el susodicho es desplazado abruptamente. El cliente ofendido, golpea a una de las chicas y el clan entero sale a perseguirlo. Cuando la abuela llega ya no hay nadie.
Una densa neblina cubre el lugar, los expendedores de droga de Mister humo avanzan clandestinamente, haciendo de su paranoia un despliegue visual de “visajes”. Los compradores deben desplazarse cautelosamente como si recorrieran un laberinto para poder llegar hasta ellos. La chica que fue golpeada se aproxima cojeando hasta los vendedores, pero todos huyen despavoridos al escuchar las sirenas de policía. En el momento que la vieja llega...Sólo queda el polvero.
El escuadrón de la muerte del Doctor Killer marcha armado hasta los dientes. Los que van en moto vigilan la zona, mientras los demás esperan. Luego de un rato, se ponen sus capuchas y el cliente que fue rechazado por las chicas de Sexy-Boom, es quien llega a la cita. Describe lo que sucedió y contrata sus “servicios de limpieza”.
Un encapuchado entra de inmediatamente con la chica y cuando el escuadrón se dispone a ajusticiarla, la abuela suplica que no la maten. Uno de ellos intenta quitarla pero otro se interpone. También aparece el clan de Sexy-Boom, que al ver el famoso cliente, se lanzan contra él, pero el bando del Doctor killer se lo impide. La cosa empeora aùn màs, cuando la pandilla de Mister humo, advierte con varios disparos al aire que están invadiendo su territorio.
Los tres clanes se disponen en una especie de duelo y cada uno hace una serie de movimiento desafiantes para impresionar al otro. Cuando la revuelta está a punto de estallar, la abuela invoca al cielo y la tierra tiembla. El parche instintivamente se vuelve a juntar y terminan muertos de miedo a los pies de la vieja.
Sexy-Boom, Doctor Killer y Mister Humo lanzan juntos el atronador grito de laboreo del inicio de la obra. Al tiempo que desenfundan los mismos látigos que usaban los capataces. El parche al poder ver con sus propios ojos como estos demoníacos seres les ordenan que regresen, se aferran aún más temeros a los pies de su abuela
La abuela entona la dulce canción de arrullo de Gaia y una luz de esperanza les devuelve el valor al parche. Avanzan sin temor hacia los tres capataces, los sujetan de brazos y piernas los suben y los bajan hasta dejarlos exhaustos; finalmente los acuestan boca abajo y los pisan. El bejuco desciende por segunda vez y la masa humana vuelve a pendular. La noche cae lentamente en la invasión, mientras todos duermen apaciblemente...Nunca hubo estrechez más feliz.
En fin...
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EUGENIO GÒMEZ BORRERO TE DICE HOLA...
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